FOLKLORE

8 01 2010

Un tema interesante cuando de versiones de canciones se habla es el de la autoría; no siempre es fácil identificar al creador de una canción. Por ejemplo, aunque la mayoría de las canciones de los Beatles están firmadas por Lennon-McCartney, parece claro que en algunas de estas canciones el mérito se lo debemos solo a uno de ellos. En otras ocasiones tiene tanto mérito o más la versión que la composición, por ejemplo desde que Dylan escuchó la versión de Jimi Hendrix de All Along the Watchtower dijo que a partir de ese momento la iba a tocar como Hendrix. Y también pasa a veces que simplemente no se conoce al autor de la canción original y la versión se hace sobre cánticos populares o folklóricos que han permanecido en la memoria colectiva de una comunidad desde hace ni se sabe cuánto.
Por ejemplo de la rivalidad irlandesa-inglesa del siglo XVII salió una canción, Whiskey in the Jar, que no fue grabada hasta ya el siglo XX, pero que había permanecido desde entonces sin casi variaciones. Quién iba a decir que se iba a convertir en una de las canciones más emblemáticas de un grupo masivo como Metallica. Además músicos irlandeses como Thin Lizzy y varios cantantes folk la han venido grabando con gran éxito desde los años 50.

Otro ejemplo de canción folklórica es Scarborough Fair. En plena Edad Media (siglo XII) había una feria en la localidad de Scaborough, Inglaterra, cuyo mercado tuvo una enorme importancia en el comercio de la época. Mucha gente se desplazaba hasta aquel lugar y a alguien se ocurrió escribir Scarborough Fair, una bonita y evocativa canción que ochocientos años después ha sido versionada por varios artistas. Especialmente memorable es la versión de Simon & Garfunkel incluida en la banda sonora de El Graduado. Además la canción de Bob Dylan Girl from the North Country está claramente inspirada en este cántico.

Y no podemos olvidarnos de House of the Rising Sun. Esta canción comúnmente atribuida a la mítica banda de Eric Burdon, The Animals, fue el segundo número uno de la British Invasion de los 60 en los Estados Unidos, solo precedida por I Want to Hold your Hand de los Beatles. No obstante había sido antes interpretada por Joan Baez y Bob Dylan, pero tampoco fue escrita por ninguno de ellos. La primera grabación de esta canción data de 1.933 y fue realizada por Clarence Ashley, a quien se la había enseñado su abuelo. Lo cierto es que no se sabe el origen de esta canción. Algunos lo sitúan en el siglo XVI en un burdel del Soho, Londres. Siglos después los inmigrantes ingleses en América la habrían adaptado a Nueva Orleans.

Francisco Javier Soriano Morancho





Anécdotas

10 12 2009

Desde que empecé mi blog tuve una idea de estructura más o menos clara de lo que quería ir publicando, pero a lo largo de las entradas me di cuenta que añadir algo diferente atraería y distraería, asi que pedí consejo a mis amigos (entre los que se encuentran grandes conocedores y amantes de la música). De una noche de cumpleaños surgió la idea de que Francisco Javier Soriano me ayudará de vez en cuando con alguna historia o anécdota del mundo de la música que creemos que os pueden interesar. Así que aquí os dejo algunas historietas muy interesantes … (Charlotte Pichon)

Según una encuesta del año 2005 la actuación de Queen en el Live Aid de 1985 ha sido el mejor concierto de la historia. La encuesta no deja lugar a la discusión, se llevó nada menos que el 79% de los votos. Y no me extraña. Si con las limitaciones de calidad que tiene Youtube la actuación así vista es arrolladora, imaginad como debió ser estar entre las cerca de ciento cincuenta mil personas que abarrotaron el viejo Wembley aquel día. Sin embargo mi voto habría ido para otro concierto, ligeramente distinto.

El 4 de Junio de 1976 había exactamente cuarenta y dos personas en el Manchester Lesser Free Trade Hall. Tocaban los Sex Pistols teloneados por una nueva banda, Buzzcocks, que dijo no estar preparada. Tiempo después, cuando ya lo estuvieron, se convirtió en uno de los grupos más importantes del punk y la new wave británica, pero esa es otra historia. Entre aquel escaso medio centenar de personas se encontraban el empresario y productor Tony Wilson, Morrissey –que años después formaría con Johnny Marr The Smiths-, los propios Buzzcocks y una joven banda llamada Warsaw. No tengo ni idea de cómo fue el concierto ni de qué pasó aquella noche en Manchester. Pero supongo que algo excepcional debió suceder. Como dice Steve Coogan en la película 24 Hour Party People, mucha gente del público de aquel concierto luego llevaría a cabo hazañas memorables.

http://en.wikipedia.org/wiki/I_Swear_I_Was_There:_The_Gig_That_Changed_The_World

Sobre Tony Wilson escribir mucho pero lo dejaremos para otro momento. Tampoco Morrissey es un personaje que despierte en este momento nuestro interés. Hablemos de Warsaw. No os preocupéis si no os suena, aquel nombre no duró mucho y pronto lo cambiaron por Joy Division. Ya bajo esta identidad se hicieron un hueco en la escena musical mancuniana e inglesa, aunque en honor a la verdad tampoco este nombre fue realmente duradero. Cuando Joy Division estaba alcanzando un éxito mayor de lo que lo oscuro y experimental de su música hacía prever y estaba a escasos días de comenzar una gira por Estados Unidos, su cantante Ian Curtis decidió quitarse la vida. Tenía veintitrés años. Nombrar los grupos influenciados por el corto e intenso periodo de actividad de Joy Division sería un trabajo laborioso. Desde New Order (evidente, fue formada por los restantes miembros de la banda tras la muerte de Curtis) hasta The Killers pasando por The Smiths, The Cure, Interpol o Los Planetas entre otros muchos. Podrían destacarse varias versiones, hoy vamos a quedarnos con Disorder versionada por Los Planetas.

Este grupo granadino tiene también un tema llamado Desorden que no es una versión de esta canción, sino un tributo al propio Curtis.

PS. Si os ha interesado esta entrada podéis ver la historia completada y mejorada en las películas 24 Hour Party People y Control, muy recomendables, sobre todo la primera, más desenfadada y que también trata sobre otro grupo de culto, los Happy Mondays.

Francisco Javier Soriano