Un tema interesante cuando de versiones de canciones se habla es el de la autoría; no siempre es fácil identificar al creador de una canción. Por ejemplo, aunque la mayoría de las canciones de los Beatles están firmadas por Lennon-McCartney, parece claro que en algunas de estas canciones el mérito se lo debemos solo a uno de ellos. En otras ocasiones tiene tanto mérito o más la versión que la composición, por ejemplo desde que Dylan escuchó la versión de Jimi Hendrix de All Along the Watchtower dijo que a partir de ese momento la iba a tocar como Hendrix. Y también pasa a veces que simplemente no se conoce al autor de la canción original y la versión se hace sobre cánticos populares o folklóricos que han permanecido en la memoria colectiva de una comunidad desde hace ni se sabe cuánto.
Por ejemplo de la rivalidad irlandesa-inglesa del siglo XVII salió una canción, Whiskey in the Jar, que no fue grabada hasta ya el siglo XX, pero que había permanecido desde entonces sin casi variaciones. Quién iba a decir que se iba a convertir en una de las canciones más emblemáticas de un grupo masivo como Metallica. Además músicos irlandeses como Thin Lizzy y varios cantantes folk la han venido grabando con gran éxito desde los años 50.
Otro ejemplo de canción folklórica es Scarborough Fair. En plena Edad Media (siglo XII) había una feria en la localidad de Scaborough, Inglaterra, cuyo mercado tuvo una enorme importancia en el comercio de la época. Mucha gente se desplazaba hasta aquel lugar y a alguien se ocurrió escribir Scarborough Fair, una bonita y evocativa canción que ochocientos años después ha sido versionada por varios artistas. Especialmente memorable es la versión de Simon & Garfunkel incluida en la banda sonora de El Graduado. Además la canción de Bob Dylan Girl from the North Country está claramente inspirada en este cántico.
Y no podemos olvidarnos de House of the Rising Sun. Esta canción comúnmente atribuida a la mítica banda de Eric Burdon, The Animals, fue el segundo número uno de la British Invasion de los 60 en los Estados Unidos, solo precedida por I Want to Hold your Hand de los Beatles. No obstante había sido antes interpretada por Joan Baez y Bob Dylan, pero tampoco fue escrita por ninguno de ellos. La primera grabación de esta canción data de 1.933 y fue realizada por Clarence Ashley, a quien se la había enseñado su abuelo. Lo cierto es que no se sabe el origen de esta canción. Algunos lo sitúan en el siglo XVI en un burdel del Soho, Londres. Siglos después los inmigrantes ingleses en América la habrían adaptado a Nueva Orleans.
Francisco Javier Soriano Morancho